Las seis emociones básicas (miedo, enfado, tristeza, asco, sorpresa y alegría) se clasifican como adaptativas o desadaptativas. En el espacio terapéutico lo haremos, además, como primarias, secundarias e instrumentales ( Greenberg, 2010).
Las emociones son generalmente adaptativas pero, en ocasiones, hemos aprendido a ignorarlas o desecharlas. Esto es un error, ya que actúan como guías en cada momento; ayudándonos a relacionarnos con nuestro entorno.
Las emociones actúan como señal para nosotros mismos: nos informan de como nos sentimos, evalúan si las cosas nos van bien, nos preparan para la acción y vigilan el estado de nuestras relaciones. De la misma forma que informan al resto de como nos sentimos. En contra, cuando son desadaptativas, son un reflejo de emociones pasadas, no resueltas o de necesidades ocultas.
Por tanto, controlar estas emociones y evitar las situaciones que las producen SON el problema, NO es la solución, pues, debajo de cada emoción siempre hay una necesidad.
Escuchar y atender a nuestras emociones, aprender a identificarlas y trabajar con ellas (Terapia Focalizada en las Emociones "TFE") nos hará ser más consciente y flexible; haciendo un uso productivo de ellas.
Añadir comentario
Comentarios